Primero, conviene aclarar que marcar las dos casillas en la declaración de la renta no supone que el contribuyente aporte más dinero ni le van a devolver menos.  No cuesta nada y colabora tanto con los fines sociales como con la Iglesia. Muchos de los programas de estas organizaciones persiguen el mismo objetivo: ayudar a las personas, da igual que sea Cáritas o Cruz Roja, en España o en el extranjero. 

 

La Administración permite a los ciudadanos elegir el destino de una parte de sus impuestos con cuatro opciones: colaborar con fines sociales (sólo se marca la casilla correspondiente a esta opción y se destina el 0,7 por ciento de la cuota íntegra a las ONG de Acción Social y de Cooperación al Desarrollo para la realización de programas en diferentes ámbitos y en distintos lugares, nacionales o internacionales); colaborar con el sostenimiento económico de la Iglesia católica (el contribuyente sólo tiene que marcar la casilla correspondiente a esta opción y se destinará el 0,7 por ciento de la cuota íntegra a la Iglesia); simultanear ambas opciones y en este caso la ayuda no se divide sino que se suma (se deben marcar las dos casillas, y se destinará un 0,7 por ciento al sostenimiento de la Iglesia y además, otro 0,7 por ciento a otros fines sociales a través de los programas de las ONG) y por último, no marcar ninguna de las tres opciones anteriores, la menos recomendable (entonces el 0,7 por ciento de la cuota íntegra se imputa a los Presupuestos Generales del Estado con destino a fines indeterminados).

 

En la declaración de la renta de 2011, a pesar del descenso del número de personas contribuyentes y de la cuantía recaudada (por la crisis económica), 53.000 personas más marcaron la casilla de fines sociales, en exclusiva o junto con la Iglesia católica, pasando de 9.419.095 a 9.472.767 contribuyentes solidarios.

 

Gracias a estas aportaciones de las personas que marcaron la casilla de fines sociales, el año pasado se pusieron en marcha 1.082 programas desarrollados por 410 entidades de acción social.

 

De los 207 millones de euros distribuidos a programas de acción social, más de 125 millones se destinaron a los dirigidos a personas mayores, personas con discapacidad y al colectivo de la infancia y la familia. Al marcar la casilla de fines sociales en la declaración de la renta, además de los programas de acción social (que representan un 78 por ciento del total recaudado), también se apoya a la ejecución de programas de cooperación al desarrollo (un 19 por ciento del total) y la puesta en marcha de programas dirigidos a favorecer  el medio ambiente (un 3 por ciento). 

 

Y hay margen para crecer, todavía falta por convencer al resto de los otros cerca diez millones de españoles que no señalaron la casilla para fines sociales. No cuesta nada.